El tráfico de fauna silvestre es una de las principales causas de pérdida de biodiversidad. En Argentina, miles de aves, mamíferos, reptiles, anfibios y peces, son víctimas del comercio ilegal cada año. La campaña #SiComprasSosComplice informa y advierte que su consumo representa un eslabón de esta red de crimen organizado, poniendo en riesgo la vida silvestre y la salud humana.
Sábado 17 de febrero 2023 - El tráfico de fauna silvestre es una de las principales causas de pérdida de biodiversidad. A nivel global, WCS propone prohibir los mercados que comercializan animales silvestres y detener la caza ilegal y el tráfico de fauna silvestre, no sólo para prevenir la diseminación de enfermedades zoonóticas, sino también para enfrentar una de las principales causas de la extinción de especies.
En Argentina, se trata de un delito que pocos tienen presente. Monos, aves como el tucán, papagayo, y aves pequeñas ornamentales como el cardenal amarillo, lagarto overo, tortuga de tierra y tatú carreta, encabezan la lista de especies que son sacadas del país para ser vendidas como mascotas de lujo o para integrar exclusivas colecciones.
La campaña #SiComprasSosComplice informa y advierte que su consumo representa un eslabón de esta red de crimen organizado, poniendo en riesgo la vida silvestre y la salud humana. El consumo de fauna silvestre como mascotas, artesanías, joyas o medicinas, proviene de prácticas ilegales, cuya extracción, comercialización y venta representan un delito.
“Para colaborar con la prevención de las causas de esta práctica delictiva y por lo tanto, con la protección de las especies que se encuentran amenazadas por estas, es necesario no consumir especies, ni productos de vida silvestre sin estar debidamente informados acerca de su origen y la legalidad de su venta”, señala Carina Righi, Coordinadora de Lucha contra el Tráfico de Vida Silvestre de WCS Argentina.
Esta campaña orientada al consumo forma parte de una estrategia que aborda este tipo de tráfico en todas sus dimensiones. El problema parte de la obtención del ejemplar de flora o fauna a través de la cacería, la recolección, la tala o la captura con el fin de ser comercializado. El acopio, preparación y traslado – tanto en el interior del país de origen como hacia el país de destino – de los ejemplares, representan diferentes eslabones de la cadena. A estas etapas le sigue su venta al consumidor final. En el tránsito de la especie silvestre en cuestión intervienen distintos actores, tanto públicos como privados, que obtienen una ganancia en el proceso.
¿Por qué es importante hablar de tráfico de fauna en Argentina?
A pesar de que el tráfico de fauna es uno de los princiaples delitos a nivel mundial -después de las drogas y armas-, en nuestro país no es tratado con esta magnitud. Aún son necesarios diagnósticos y estadísticas oficiales más robustas sobre las zonas de extracción, tránsito y comercialización. Además, para la ley argentina no es considerado como delito grave y/o del crimen organizado. Se trata de un delito excarcelable.
Según lo relevado en el Informe del Estado del Ambiente 2016, emitido por el Ministerio de Ambiente de la Nación: “...Argentina es generadora de tráfico, triangulación y demanda de especímenes silvestres que ingresan por la frontera de Bolivia, Paraguay, Brasil y Chile, y los destinos más habituales de intento de contrabando son la Unión Europea y países del medio oriente. Los cuellos de botella se producen en grandes ciudades como Buenos Aires, Rosario, Mendoza y Córdoba, demandantes de estas mercancías para mascotismo o coleccionismo y para tránsito a ciudades más pequeñas o sacar fuera del país por tierra, barco o avión…”. Se estima que cada año salen por las fronteras argentinas ejemplares en peligro por un valor en el mercado negro de 200 millones de dólares.
Consecuencias para la vida silvestre
Cuando adquirimos un animal silvestre como mascota, o productos derivados para adornos, joyas o souvenirs, muchas veces desconocemos las consecuencias que tienen estos hábitos de consumo. La realidad es que amenazan la existencia de muchas especies, y sin duda colaboran con estos mercados ilegales.
Algunos datos hablan por sí solos:
- Más de 100 especies de aves, 20 de reptiles y 15 de mamíferos de nuestro país son afectados por el tráfico de fauna. Entre ellas, unas 20 entran en una categoría de amenaza.
- De cada 10 animales capturados, 9 mueren antes de llegar a ser comercializados.
- De los animales que llegan a venderse, solo 10 de cada 100 se recuperan y el 5% logra regresar a su hábitat.
- La mitad de los animales vivos rescatados que provienen de decomisos, no se logran reinsertar en la naturaleza. Muchos mueren en seguida porque llegan en condiciones de deshidratación y hacinamiento.
Según la Dirección Nacional de Biodiversidad perteneciente a la Secretaría de Política Ambiental en Recursos Naturales, el ranking de las especies más traficadas está integrado por la tortuga terrestre, el loro hablador, el tucán, el flamenco y las aves pequeñas (este último grupo abarca el mayor porcentaje de los procedimientos realizados por la Brigada de Control Ambiental).
Si bien todas las especies silvestres son protegidas por la ley prohibiendo su comercialización, aquellas especies seriamente amenazadas o en peligro de extinción como el Jaguar, deben ser prioritarios por su valor y estado de conservación.
Las razones por las cuales se trafica la fauna varían. La diversidad y belleza de algunas especies incentivan el coleccionismo (aves). El mercado de mascotas (loros, monos) alienta la captura de animales vivos. La industria de la moda utiliza los cueros y pieles (felinos, zorros, boas, lagartos y yacarés) para fabricar prendas de indumentaria. Otras actividades como el embalsamamiento de animales como curiosidades regionales, en anticuarios o ferias artesanales (peludos, sapos, crías de yacaré, aves de caza deportiva). Y los invertebrados muchas veces son capturados para cuadros decorativos, o pequeños fanales con mariposas, escarabajos y otros insectos de colección.
El tráfico de fauna y la salud
Los delitos contra la vida silvestre ponen en peligro la salud de nuestro planeta y la nuestra. La fauna en su hábitat natural no representa una amenaza para las personas, pero permitiendo que sean traficados, sacrificados y vendidos en mercados ilícitos, se incrementan de manera importante los riesgos de transmisión de virus y otros patógenos.
Poseer un animal silvestre puede resultar en la transmisión potencial de enfermedades zoonóticas, es decir, aquellas que resultan del salto de patógenos de una especie silvestre a seres humanos o huéspedes intermedios, como perros y gatos domésticos. El riesgo empeora, además, por los métodos de captura y tránsito, que resultan en hacinamiento y malas condiciones sanitarias.
La zoonosis (pasaje de patógenos de animales a humanos) dependen de varios factores: aumento de contacto entre personas y animales; cantidad de especies a las que las personas se exponen; y mutaciones en virus que causan enfermedades. Por esto, para prevenir una nueva emergencia de salud pública, el comercio ilegal de fauna y flora silvestres debe ser detenido.
UNA ESTRATEGIA INTEGRAL
Estamos trabajando en el diseño e implementación de estrategias para enfrentarlo junto con organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil, a través de una mayor cooperación, capacidad y mejoramiento de marcos legales nacionales y transnacionales en América Latina. Proponemos una estrategia con un enfoque interinstitucional, de colaboración transfronteriza y transcontinental. Trabajamos en conjunto con más de 10 países de América Latina y el Caribe.
En relación a esto, Carina Righi enfatiza que: “debemos fortalecer a los gobiernos nacionales y generar nuevas herramientas y estrategias para enjuiciar y penalizar seriamente este delito, ya que atenta contra nuestra biodiversidad, patrimonio, economía y riqueza a nivel nacional y continental.
Nuestros objetivos se basan principalmente en reducir la caza furtiva y el tráfico de vida silvestre protegida y sus partes que se originan, transitan y/o venden en América Latina, a través de:
- Impulsar la creación e implementación de una Estrategia Nacional coordinada y multisectorial que aborde la problemática de Tráfico y Comercio ilegal de Vida Silvestre.
- Colaborar en la capacitación y formación de las fuerzas de control, fiscalización y vigilancia.
- Aportar en las mejoras de herramientas, bases de datos y relevamientos del volumen y principales rutas y origen del comercio ilegal de biodiversidad.
- Colaborar con los gobiernos para generar mejoras en la coordinación nacional y transnacional para combatir el tráfico de vida silvestre, sobre todo en zonas de frontera.
- Generar propuestas de mejoras y nuevas leyes que protejan a la vida silvestre y a nuestro país de este delito.
- Llevar adelante campañas de comunicación, difusión y educación con el fin de mitigar las causas que alimentan el comercio ilegal de fauna silvestre en Argentina y en la Región.
Desarrollamos nuestras acciones en el marco de los proyectos: “Fortalecimiento de Capacidades y Compromiso con Combatir el Tráfico de Vida Silvestre en América Latina” y “Combatir el tráfico de vida silvestre a través de una mayor cooperación, capacidad y marcos legales nacionales y transnacionales en América Latina”, propuestas del Departamento de Estado de Estados Unidos de América, Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley (INL).
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CONTACTO DE PRENSA:
- Florencia Lemoine, Coordinadora de Comunicación WCS Argentina, +54 9 11 3317 1923, flemoine@wcs.org