El guanaco (Lama guanicoe) es un camélido icónico nativo de los pastizales áridos y de la cordillera de los Andes de América del Sur. Al ser una especie migratoria, depende de hábitats extensos y conectados para alimentarse, reproducirse y evitar depredadores. Sus movimientos migratorios en invierno y en verano favorecen la integridad del ecosistema. Su anatomía y su modo de alimentarse contribuyen a regenerar las pasturas y ayudan a los suelos a almacenar carbono, desempeñando un rol clave en la mitigación y adaptación al cambio climático. Además, este herbívoro es un recurso alimenticio clave de carnívoros y carroñeros nativos, como el puma y el cóndor andino.
Desafíos
En los últimos 200 años, la población de guanacos disminuyó de alrededor de 20 millones de individuos a 2,5 millones aproximadamente. En la actualidad, su estado de conservación difiere de un país a otro y entre regiones dentro de Argentina. A la vez, su área de distribución se redujo al 40% de la geografía que ocupaba la especie en el pasado. Según criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), en Perú, Bolivia y Paraguay, su estado de conservación está categorizado como "Críticamente Amenazado"; y en Chile, en gran parte de su territorio se define como "Vulnerable", a excepción de las regiones de Aysén y Magallanes donde se considera de “Preocupación Menor”. En Argentina también se considera de “Preocupación Menor” y, aunque en zonas de la Patagonia se ha recuperado en décadas recientes, gran parte de su población está fragmentada en grupos en su mayoría pequeños y relativamente aislados.
En el largo plazo, tanto la condición de su hábitat como la supervivencia del guanaco pueden verse amenazadas si se restringen sus migraciones estacionales. Estas son uno de los procesos ecológicos más amenazados a nivel mundial, por causas como la degradación del hábitat por el sobrepastoreo ganadero; los impactos de las industrias minera, petrolera y energética; la colocación de barreras, como alambrados, rutas y urbanizaciones; y la escasez de agua y alimento por la crisis climática. Perseguidos por su competencia con el ganado, los guanacos son en gran parte relegados a las tierras más secas y confinados por cercas y caza furtiva.
Nuestro trabajo
Trabajamos en conjunto con autoridades gubernamentales, tanto nacionales como provinciales, con el fin de fomentar la conservación del guanaco e implementar un manejo basado en ciencia. También promovemos un control efectivo de la caza furtiva y el tráfico ilegal de fibras por parte de los gobiernos.
Acompañamos a los productores de ganado a desarrollar su actividad coexistiendo con los guanacos con prácticas no letales, como colocar aleros en los bebederos de ganado para evitar su uso por parte de los guanacos. En conjunto con el CONICET, promovemos prácticas de esquila de guanacos en silvestría que sigan estándares de bienestar animal y apoyamos el proceso para que las fibras obtenidas puedan lograr la certificación internacional Wildlife Friendly™ y ser comercializadas por su gran finura y calidad.
Trabajamos en el Área Natural Protegida La Payunia en Mendoza, donde ocurre la mayor migración de guanacos del mundo, investigando sus desplazamientos y mitigando amenazas que puedan impactarlos. A través de estudios de telemetría y conteos estacionales, ya documentamos una migración masiva de entre 25 y 40 mil guanacos, que recorrieron hasta 75 kilómetros lineales entre áreas de verano e invierno. Para garantizar migraciones masivas y seguras, trabajamos para el incremento de las tierras públicas dentro del área protegida y entre 2013 y 2024 logramos sumar 82 mil hectáreas al dominio público en zonas cruciales para el desplazamiento y reproducción de esta especie.
También trabajamos para recuperar la conectividad entre los guanacos de La Payunia y la gran población del Área Natural Protegida Auca Mahuida en Neuquén, que había sido devastada por la caza furtiva, principalmente a través de caminos de exploración petrolera. Después de cerrar casi 500 de estos caminos en colaboración con el gobierno de Neuquén y empresas petroleras en una extensa área de 220.000 hectáreas, logramos reducir un 69% el número de vehículos de cazadores furtivos ingresando al área. Gracias a esto, el número de guanacos aumentó un 30% en 9 años y la población volvió a hacer sus movimientos estacionales.
A nivel internacional, apoyamos la iniciativa multi-organizacional #GuanaConecta, que busca promover estrategias de conservación transfronterizas, e impulsamos el reconocimiento del guanaco como especie migratoria con su inclusión en la Convención de Especies Migratorias (CMS) de la ONU lograda en 2024, que alienta a los gobiernos a implementar, mejorar y coordinar los planes de manejo de la especie en la región. Ese mismo año promovimos la declaración del 23 de agosto como el Día Internacional del Guanaco para concientizar sobre su conservación.