La diseminación de enfermedades zoonóticas como el COVID_19 se intensifica por el tráfico de animales silvestres, la destrucción de sus hábitats y el cambio climático. Es por ello, que desde WCS reiteramos nuestro mensaje global: “debemos prohibir los mercados que comercializan animales silvestres y detener la caza ilegal y el tráfico de fauna silvestre. Esto no sólo ayudará a prevenir la diseminación de enfermedades, sino que enfrentará una de las principales causas de la extinción de especies”.
Con este propósito, Wildlife Conservation Society formó una coalición con Global Wildlife Conservation y WildAid para detener el comercio y venta en mercados de animales silvestres para consumo humano. Junto a profesionales de la salud, organizaciones conservacionistas y muchos otros, impulsan un movimiento global, #EndTheTrade (Frenar el tráfico, en español), dirigido a los gobiernos del mundo para detener todo el comercio de vida silvestre para consumo humano (particularmente, de aves y mamíferos) y cerrar todos estos mercados húmedo. La petición se puede firmar en http://endthetrade.com.
Hasta que no exista una prohibición permanente de los mercados que comercializan fauna silvestre, las especies en peligro de extinción continuarán amenazadas, y las personas seguirán en riesgo de contraer enfermedades zoonóticas, como el Covid_19, causado por el coronavirus. No existe comercio o consumo de ningún animal silvestre libre de riesgos, ya sean estos atrapados en la naturaleza o criados en cautiverio.
Es importante señalar que no es la primera vez que una enfermedad zoonótica ha afectado a la humanidad. En las últimas dos décadas, virus como el ébola, la viruela del mono, la influenza aviar y otros tipos de coronavirus, también surgieron como consecuencia del comercio ilegal de animales silvestres.
(Nota: Los datos de infecciones y muertes causas por Covid_19 corresponden a 2.878.196 y 198.668 respectivamente, según cifras declaradas por la Organización Mundial de la Salud el 27 de abril de 2020).
Anualmente, miles de aves, mamíferos, reptiles, anfibios, insectos, entre otros animales, son víctimas de uno de los negocios ilegales más rentables alrededor del mundo: el tráfico de fauna silvestre. En Argentina, se trata de un delito que pocos tienen presente. Monos, aves como el tucán, papagayo, y aves pequeñas ornamentales como el cardenal amarrillo, lagarto overo, tortuga de tierra y tatú carreta, encabezan la lista de especies que son sacadas del país para ser vendidas como mascotas de lujo o para integrar exclusivas colecciones.
Para prevenir futuras pandemias, nuestro mensaje es claro: es necesario prohibir el comercio de fauna silvestre, frenar su consumo y detener la destrucción de la naturaleza.
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