El gato andino (Leopardus jacobita) es uno de los felinos más amenazados del mundo y el único en la categoría En Peligro de Extinción en el continente americano, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Sus poblaciones se caracterizan por tener baja densidad y estar fragmentadas, dos factores que lo hacen particularmente vulnerable. Hasta hace poco tiempo, el gato andino era conocido sólo en altitudes superiores a los 3.600 metros sobre el nivel del mar (msnm) en Argentina, Bolivia, Chile y Perú. Pero en el 2005 fue registrado en el noroeste de la Patagonia de Argentina por primera vez, a 1.800 msnm, y recientemente lo registramos en tierras tan bajas como 650 msnm. Gracias a estudios genéticos, se descubrió que la población patagónica y la del Altiplano están diferenciadas genéticamente por el escaso intercambio desde hace más de 200.000 años, por lo que deben ser consideradas como dos unidades evolutivas separadas.
Desafíos
La principal amenaza que enfrenta la especie en Patagonia norte es la caza por parte de productores para evitar pérdidas de ganado o en represalia por depredación de sus rebaños. Otros factores que lo ponen en peligro son el atropellamiento en rutas y caminos, el sobrepastoreo por ganado que reduce la densidad de su principal presa -el chinchillón-, la pérdida de hábitat por extracción de hidrocarburos y minerales, y el aumento de la temperatura y la aridez por el cambio climático.
Nuestro trabajo
Desde 2005 trabajamos para investigar esta especie y completar el conocimiento sobre su distribución y las amenazas que enfrenta, agregando nuevos registros de
animales vivos detectados con cámaras trampa y por avistajes de pobladores y turistas.
Este trabajo nos permite identificar zonas prioritarias, tanto en las áreas protegidas como fuera de ellas, para implementar medidas de conservación y de coexistencia de la especie con las actividades ganaderas y la regeneración de los ambientes en los que habita.
Junto a productores ganaderos de la estepa patagónica investigamos e implementamos estrategias de ganadería regenerativa para conservar los pastizales y métodos no letales para proteger los rebaños de la depredación por parte del gato andino y otros carnívoros silvestres. Por contribuir a la naturaleza adoptando este tipo de métodos, los productores pueden obtener la Certificación Internacional Wildlife Friendly® (Amigable con la Fauna Silvestre) para sus fibras naturales y otros productos de su ganado. Además, dada la prevalencia de la explotación de hidrocarburos y minerales en Patagonia norte, buscamos expandir el trabajo con agencias gubernamentales y empresas privadas para que se atiendan las necesidades de conservación del gato andino y, en particular, se preserven los roquedales, esenciales para el chinchillón.