Bajo el lema “La naturaleza no conoce fronteras”, del 12 al 17 de febrero se desarrollará la 14° Reunión de la Conferencia de las Partes de la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de animales silvestres (CMS COP 14, por sus siglas en inglés) en la ciudad de Samarcanda, Uzbekistán. El encuentro representará una oportunidad histórica para fortalecer las estrategias de conservación a escala regional de especies migratorias, incluyendo dos que se encuentran presentes en la Argentina: el guanaco y el tiburón escalandrún.
De acuerdo a la definición de la CMS, se considera "especie migratoria" a los animales silvestres que en sus migraciones traspasan los límites de jurisdicciones nacionales o cuyas migraciones se desarrollan fuera de ellos. La Convención, a la que actualmente suscriben 132 países y la Unión Europea, sostiene que los Estados deben proteger estas especies cuando transitan parte de sus ciclos biológicos en sus jurisdicciones, y que deben impulsar acciones articuladas para su conservación conjunta.
"Además de lo que hace cada país para proteger especies migratorias, es importante la colaboración entre gobiernos y organizaciones de conservación a través de su rango de distribución. Es necesario establecer acuerdos para asegurar la integridad ecológica de los ecosistemas, para que sus hábitats tengan conectividad y las amenazas que las afectan se reduzcan", señala Sue Lieberman, vicepresidenta de Política Internacional de WCS.
Escalandrún, tiburón migrante amenazado del Atlántico sudoccidental
El escalandrún (Carcharias taurus) es uno de los grandes tiburones que habita las aguas costeras del Atlántico sudoccidental (ASO), desde Espíritu Santo en Brasil, hasta el sur de la provincia de Buenos Aires en Argentina. La especie está categorizada “En peligro crítico”, de acuerdo a criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), tanto a nivel global como regional, donde su población se redujo un 90% en los últimos 40 años a causa de la pesca comercial y deportiva. La especie es particularmente vulnerable por su reproducción tardía y baja fecundidad: las hembras alcanzan su madurez reproductiva a los 9 años y paren solo 2 crías cada 2 años.
"El norte de la Provincia de Buenos Aires en Argentina y la zona atlántica de Uruguay son puntos críticos para la conservación del escalandrún en el ASO; aquí se registran las mayores tasas de captura de la región y probablemente del mundo, a nivel deportivo y comercial”, advierte Juan Martín Cuevas, Coordinador de Conservación de Tiburones y Rayas de WCS Argentina. Cuevas participará en la COP 14 y el martes 13 moderará un evento paralelo en el marco de la Conferencia, con el objetivo de apoyar la inclusión de este tiburón en los Apéndices I y II de la CMS.
Su inclusión en el Apéndice I ampliaría el nivel de protección necesario para esta especie amenazada, complementando los planes existentes para protegerla en varios países donde está presente. Su inclusión en el Apéndice II facilitaría las acciones coordinadas de conservación en regiones en las que la especie forma parte de una población migratoria transfronteriza, como sucede en nuestra región.
Los tiburones ayudan a mantener sanos los ecosistemas marinos, por lo que su extinción impacta el ecosistema marino y a las comunidades que de él dependen. Desde WCS Argentina se impulsan iniciativas para la conservación del escalandrún, como el Taller Regional del tiburón Carcharias taurus en el ASO, desarrollado en 2020 junto a un centenar de representantes de gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, investigadores y pescadores de Argentina, Brasil y Uruguay, y que resultó en el documento “Aportes para la planificación estratégica de la conservación del tiburón Carcharias taurus en el Atlántico sudoccidental”, que reúne tras una visión común, un conjunto de desafíos y acciones regionales para evitar la extinción total de esta especie.
Guanaco, el mayor ungulado de los pastizales de América del Sur
crédito: Susan Walker - WCS Argentina
El guanaco (Lama guanicoe) es un herbívoro icónico de los pastizales áridos y de la cordillera de los Andes del Cono Sur que depende de hábitats extensos y conectados para alimentarse, reproducirse y descansar. En los últimos 200 años, la población de guanacos disminuyó de entre 10 y 30 millones de individuos a aproximadamente 2.5 millones, y la mayoría de las poblaciones restantes en la parte norte de su área de distribución están amenazadas. Sus migraciones son consideradas uno de los procesos ecológicos más amenazados del mundo.
Su área de distribución se redujo al 40% de la geografía que ocupó la especie en el pasado; y, actualmente, en cada país enfrenta diferentes desafíos. En Perú, Bolivia y Paraguay, su estado de conservación está definido como "Críticamente Amenazado" según UICN. En Chile hay zonas donde se define como "Vulnerable". Y aunque en Argentina su estado de conservación nacional se considera de “Preocupación Menor”, su población se encuentra fragmentada en poblaciones en su mayoría pequeñas y relativamente aisladas. Por lo tanto, en la mayor parte de su rango, su supervivencia puede verse amenazada si se restringen sus migraciones estacionales por amenazas como la degradación de su hábitat debido al sobrepastoreo y a las industrias minera y petrolera, la colocación de barreras para su movimiento, como alambrados, rutas y urbanizaciones y la escasez de agua y alimento por el cambio climático.
“El reconocimiento del guanaco como especie migratoria es fundamental para alentar a los gobiernos a implementar, mejorar y coordinar los planes de manejo en todos los países donde la especie está presente”, comenta Andrés Novaro, Director de Conservación Terrestre de WCS Argentina. “Desde las organizaciones de la sociedad civil acompañamos la articulación de estrategias de conservación y solicitamos su inclusión en el Apéndice II de la CMS para fortalecer las iniciativas regionales para proteger esta especie”.
El uso estacional del espacio que realiza el guanaco gracias a sus migraciones permite la regeneración del suelo y las pasturas, favoreciendo la integridad del ecosistema y ayudando a almacenar carbono, desempeñando así un rol clave en la mitigación y adaptación al cambio climático. Además, el guanaco es un recurso alimenticio clave de carnívoros y carroñeros nativos. WCS Argentina es parte de la iniciativa regional y multi-organizacional #GUANACONECTA, que busca generar conciencia acerca de esta especie emblemática que conecta paisajes y culturas en América del Sur, destacando su naturaleza migratoria para promover estrategias de conservación transfronterizas.
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