#SiguiendoBallenas 2019

 

#SiguiendoBallena es un proyecto de investigación que nació en 2014, con el apoyo de la Comisión Ballenera Internacional, y que tiene por objetivo determinar las rutas migratorias y áreas de alimentación de las ballenas francas australes. El objetivo final es ayudar a esclarecer las posibles causas de los eventos de mortalidad elevada de esta especie que se registraron en años recientes en la Península Valdés. Este trabajo colaborativo se realiza entre CENPAT-CONICET, Instituto de Conservación de Ballenas, NOAA, Instituto Aqualie, Universidad de California, Davis y WCS Argentina.


¿Por qué?

Las ballenas francas se estudian de manera continua desde 1971 en Península Valdés, donde vienen cada año a reproducir. Afortunadamente, esta población sigue aumentando, con una tasa de crecimiento positiva y está expandiéndose fuera de lo que fue el área tradicional de los golfos de Península Valdés, hacia aguas más profundas. Sin embargo, conocemos poco sobre la ubicación de sus áreas de alimentación estivales, de las rutas migratorias que las ballenas siguen cuando dejan los golfos de Península Valdés y alrededores, y del modo en que utilizan el hábitat en el Atlántico sur cuando se alejan de las costas argentinas.
En el año 2008 murieron 89 crías de ballena franca en las costas de Península Valdés y en 2012 la cifra trepó a 113 crías. Hasta la fecha, es el caso de mayor mortandad de crías de esta especie en el mundo. Las necropsias realizadas sobre estos ballenatos no permitieron establecer las causas de muerte en la mayoría de los casos. Si bien hay mucha variación interanual, con años con menor cantidad de ballenatos muertos, la mortalidad registrada en Valdés sigue siendo mayor a la de otras áreas de reproducción de ballenas francas como Sudáfrica o Australia. Si bien la mortalidad creciente puede estar asociada al aumento poblacional, aun no están claras las causas de la variación en la mortalidad de año a año.
La Comisión Ballenera Internacional organizó un taller de expertos en 2014 para analizar este caso. El mismo concluyó que una de las posibles causas de mortandad de ballenatos podría deberse a una reducción del alimento disponible a las madres en los lugares donde estas se alimentan mientras permanecen alejadas de la Península Valdés. Estas madres regresarían a Península Valdés con un estado nutricional deficiente y sin la energía necesaria como para amamantar a sus ballenatos. El informe del taller recomendó utilizar telemetría para identificar las rutas migratorias y áreas de alimentación mediante estudios de seguimiento satelital.
Conocer lo que hacen las ballenas cuando se alejan de la costa y se internan en el océano puede aportar información valiosa para su conservación. Dicha información permitirá localizar las áreas de alimentación, tomar medidas para proteger las rutas migratorias y hábitats claves para su ciclo de vida. Además, aportará información importante sobre su estado de salud y del océano del cual dependen, permitirá prevenir colisiones con embarcaciones, generar recomendaciones de manejo de las actividades pesqueras, petroleras y de transporte naviero en lugares críticos y sustentar la importancia de las áreas marinas protegidas.

¿Cómo lo hacemos?
Utilizando tecnología de última generación, que incluye transmisores satelitales y sensores ambientales, podemos conocer la posición de los animales, si se están trasladando o alimentando y el modo en que utilizan su hábitat. El entrecruzamiento de esta información con otros datos nos permite conocer de qué manera la especie usa el espacio y los recursos y colaborar en su conservación.
Estos dispositivos transmiten la ubicación de cada individuo por algunos meses y luego se desprenden de los animales sin afectar su salud. El procedimiento de colocación de los dispositivos se realiza utilizando las mejores prácticas disponibles, según los estándares de la Comisión Ballenera Internacional.

¿Querés seguir ballenas?
Seguí a cada una de las ballenas que participan de la investigación 2019:

JUNTOS POR LA VIDA SILVESTRE